El CEO de Boeing renuncia tras los escándalos corporativos
La actualización del equipo directivo se da en un momento crítico para Boeing, ya que el fabricante estadounidense está atravesando diferentes batallas legales y reputacionales por accidentes que sufrieron sus aviones.
Por Gonzalo Andrés Castillo
A través de un comunicado, The Boeing Company anunció que Dave Calhoun, actual director ejecutivo, dejará su cargo a finales de 2024 por decisión propia, pero continuará durante todo el año para "estabilizar y posicionar la empresa para el futuro".
"Fue el mayor privilegio de mi vida servir a Boeing. Los ojos del mundo están puestos en nosotros y sé que superaremos este momento como una mejor empresa", expresó Calhoun en una carta dirigida a sus empleados.
"Seguiremos centrados de lleno en completar el trabajo que realizamos juntos para devolver la estabilidad a nuestra empresa después de los extraordinarios desafíos de los últimos cinco años, con la seguridad y la calidad a la vanguardia de todo lo que hacemos", añadió.
A su vez, se informó que Larry Kellner, presidente de la junta independiente, no se presentará a la reelección en la reunión anual, dejándole su lugar a Steve Mollenkopf, quien escogerá al próximo director ejecutivo. En tanto, Stan Deal, presidente y director ejecutivo de la división Aviones Comerciales, se jubilará y le dará su puesto a Stephanie Pope.
La actualización del equipo directivo se da en un momento crítico para Boeing, ya que el fabricante estadounidense está atravesando diferentes batallas legales y reputacionales por accidentes que sufrieron sus aviones.
En enero, un vuelo de Alaska Airlines se vio afectado por un problema en la puerta de un avión Boeing, lo que llevó a demandas de pasajeros buscando compensación por lesiones físicas y emocionales. El evento recordó a los de 2018 y 2019, cuando dos accidentes de aviones Max-8 generaron litigios y una serie de investigaciones gubernamentales.
Desafortunadamente, la historia pasada sugiere que la resolución de los desafíos legales de Boeing llevará años, considerando la complejidad y el proceso legal. Además, nuevos problemas con otros aviones, como controles atascados en un 737 Max-8 de United Airlines y dificultades con el equipo de deshielo, complican aún más la situación de la corporación.
