Los dos gigantes tecnológicos que se beneficiarán de la supercomputadora de Tesla
La primera versión, que costó alrededor de USD 300 millones, funciona con 10.000 tarjetas de procesamiento gráfico. Pero Tesla planea avanzar con un nuevo modelo de USD 500 millones más potente y eficiente.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Tesla, además de querer dominar la industria automotriz eléctrica, apunta a ser una potencia en el campo de la inteligencia artificial (IA), para lo cual está desarrollando una supercomputadora denominada Dojo.
La primera versión, que costó alrededor de USD 300 millones, funciona con 10.000 tarjetas de procesamiento gráfico. Pero planea avanzar con un nuevo modelo de USD 500 millones más potente y eficiente.
En este contexto, existen dos gigantes tecnológicos que saldrán beneficiados:
Nvidia
Nvidia suministró las GPUs para la primera Dojo y ganará significativamente con las ventas de miles más, ya que acaparará la mayor parte de los ingresos asociados al modelo nuevo de la computadora de Tesla.
Durante el tercer trimestre del año fiscal 2024, que concluyó el 29 de octubre de 2023, Nvidia reportó ingresos por USD 18.100 millones. Si la venta de USD 500 millones hubiera tenido lugar en ese trimestre, representaría aproximadamente el 3% de los ingresos totales.
Aunque no sea una cifra extraordinaria, el continuo avance en el desarrollo de supercomputadoras con IA es crucial para Nvidia porque necesita mantener un crecimiento constante para respaldar su valuación premium.
TSMC
Por otra parte, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), como el principal fabricante de chips por contrato a nivel mundial, también saldrá victorioso.
En el caso de Tesla, que utiliza las computadoras Dojo para entrenar modelos de inteligencia artificial y lograr una capacidad total de conducción autónoma, TSMC obtiene un beneficio doble al fabricar chips tanto para las GPUs de Nvidia como para los propios vehículos de la empresa.
A pesar de que el director ejecutivo de la compañía, CC Wei, reconoce abiertamente que los semiconductores representan solo una fracción pequeña del costo total de un centro de datos, la demanda es lo suficientemente elevada como para anticipar una mejora constante de los ingresos por chips de inteligencia artificial a una tasa de crecimiento anual compuesta del 50%.
