Inversiones para quienes no tienen tiempo | Dolarhoy.com
Fondos Comunes de Inversión|22 de marzo de 2021

Inversiones para quienes no tienen tiempo

Conocida como "inversión pasiva", esta estrategia es ideal para los inversores que quieren aprovechar las ventajas de los mercados financieros, pero que no tienen el tiempo o los conocimientos suficientes para seguir el día a día de las empresas y sus cotizaciones.

Por Gonzalo Andrés Castillo

 

Existen diversas formas de invertir, cada una con sus ventajas y desventajas y recomendadas para diferentes tipos de inversores. Una estrategia puede brindarle retornos positivos a un usuario y hacerle perder dinero a otro. En esta ocasión, hablaremos sobre la inversión pasiva, una técnica que permite eliminar casi por completo el riesgo individual de cada activo y es ideal para aquellos inversores que no tienen el tiempo suficiente como para seguir el mercado día a día o bien no poseen los conocimientos necesarios para escoger activos de manera particular.

 

La inversión pasiva

Existen dos formas de invertir: la primera, denominada inversión activa, consiste en intentar vencer al mercado, lo que significa que hay que escoger una serie de activos que en un determinado tiempo nos devuelvan un retorno superior al del "mercado", considerado en este caso como el índice que estamos tomando de referencia. Por ejemplo, si operamos acciones estadounidenses, el índice de referencia puede ser el S&P 500 o el Dow Jones. Por otro lado, la inversión pasiva, protagonista de este artículo, se basa en simplemente intentar replicar el comportamiento del mercado o bien alcanzar un retorno similar sin la necesidad de tener que analizar, comprar y vender activos de manera individual.

 

Para emular la evolución de un índice, tenemos que tener en cartera los mismos activos en la misma cantidad que la composición del mismo. El problema surge cuando se necesitan de muchos activos en proporciones sumamente exactas. Afortunadamente, esto se soluciona al comprar ETFs.

 

Qué es un ETF

Los ETFs (Exchange-traded funds) son, en simples palabras, la mezcla entre una acción y un fondo de inversión: acción porque cotiza en el mercado secundario y se puede comprar y vender al instante y fondo de inversión porque cada ETF se compone de una serie de valores que dan forma a su evolución.

 

Existen innumerables ETFs, cada uno con sus características y enfocados en distintos perfiles de inversión. Algunos replican un índice, como el famoso SPY que emula el comportamiento del Índice S&P 500 o el QQQ que busca seguir la evolución del Nasdaq. Por otro lado, también existen ETFs de sectores, los cuales toman una serie de activos representativos del sector energético, bancario, tecnológico, ecológico y demás y los transforman en un fondo de inversión cotizado para que las personas puedan invertir en ellos comprando solo una unidad.

 

Dos métodos de inversión

Una cartera correctamente diversificada normalmente se compone de una parte con activos de renta fija, como títulos públicos u obligaciones negociables, y otra parte con renta variable o acciones. El dilema se encuentra en qué proporción de cada clase de activo escoger. Para esto, existen dos famosos métodos.

 

El conocido como método Buffett, ya que es promovido por el famoso y querido inversor Warren Buffett, consiste en tener una cartera de inversión compuesta en un 90% por un ETF del S&P 500 y con el 10% restante invertido en un ETF que emule las subas y bajas del bono del tesoro estadounidense a 10 años. De esta forma, en las pocas épocas en las que la renta variable no se ve favorecida por la situación económica global, el bono del tesoro amortigua esta caída.

 

Por otra parte, existe el método de la edad, el cual simplemente consiste en restarle la edad de uno mismo al número 120, de esta forma, si el inversor tiene 50 años, tendría que colocar el 70% de su portafolio en el ETF del S&P 500 y el resto en renta fija (120 - 50 = 70).