Nueva Revolución Industrial: ¿Las máquinas reemplazarán a la mano de obra humana? | Dolarhoy.com

Nueva Revolución Industrial: ¿Las máquinas reemplazarán a la mano de obra humana?

La historia que hay detrás señala una lucha que es paradigmática de lo que sucede y sucederá en muchas industrias a medida que se avance en la implementación de proyectos de inteligencia artificial.

Por Nicolás Brandoni

CEO de PEEK Studios

 

"No nos quitarán el trabajo para dárselo a los robots". No es una frase sacada de las historias de robots de Asimov. Fue pronunciada en la vida real el actor Bryan Cranston durante la huelga que lleva a cabo el el Sindicato de Actores de la Pantalla-Federación Estadounidense de Artistas de la Televisión y la Radio (SAG-AFTRA) y que hasta recientemente también incluía al Sindicato de Guionistas de Estados Unidos. La historia que hay detrás señala una lucha que es paradigmática de lo que sucede y sucederá en muchas industrias a medida que se avance en la implementación de proyectos de inteligencia artificial. Y, más en el fondo, se trata de un combate contra la mercantilización de los seres humanos que la IA puede potenciar si se deja a ciertos sectores salirse con la suya.

 

El conflicto

Veamos primero lo que está ocurriendo en Hollywood. La situación estalló el 2 de mayo, cuando el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA) decidió ir a la huelga por un conflicto laboral con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) centrado en los pagos residuales de streaming y el uso de la IA. El WGA afirma que los ingresos residuales han disminuido en comparación con los de hace una década, ya que el acuerdo anterior cubría la televisión y el cine, pero no el streaming. Más importante, sin embargo, es su demanda de que las herramientas de IA tales como ChatGPT, "no puedan escribir o reescribir material literario; no puedan utilizarse como material fuente; y el material cubierto por contrato no pueda utilizarse para entrenar a la IA". En otras palabras, exigen que la IA se utilice como herramienta para los escritores, pero no como medio para sustituirlos. Esto no es un pedido descabellado. De hecho, muchos de los programas y películas de hoy en día están por lo menos basados en borradores hechos por IA.

 

La trama empezó a complicarse el 14 de julio, cuando el sindicato de actores estadounidense SAG-AFTRA se declaró en huelga también. Desde 1960 que actores y guionistas paran al mismo tiempo. Al igual que el WGA, una parte de sus reivindicaciones se refiere a los salarios residuales y otra a la sustitución de los puestos de trabajo debido a la IA. Duncan Crabtree-Ireland, negociador jefe de SAG-AFTRA, afirmó en rueda de prensa que la AMPTP quería incluir una propuesta que permitiera a los estudios tener derechos exclusivos e indefinidos sobre la imagen de los extras y el derecho a utilizar IA generativa para replicarlos en la pantalla. En estas condiciones, un extra podría cobrar por un día de trabajo y luego su imagen se utilizaría en cualquier número de proyectos, ninguno de los cuales se le pagaría. Quizá algunos de ustedes hayan visto el episodio de Black Mirror "Joan is Awful"... bueno, digamos que resuena.

 

En el momento en que escribo esto, luego de 5 meses de paro, el sindicato de guionistas consiguió un nuevo arreglo que puede dar la pauta de lo que sucederá con el sindicato de actores, que hasta la fecha sigue en huelga. En el nuevo acuerdo se estipula que la IA no puede escribir o reescribir material literario, y el material generado por la IA no se puede considerar material de origen, por lo que no podrá utilizarse para reemplazar o reducir los créditos de los escritores. Esto va en línea con un reciente fallo de la jueza federal de los Estados Unidos Beryl Howell, quien dictaminó que las obras de arte creadas puramente por inteligencia artificial no pueden ser objeto de derechos de autor porque "la autoría humana es una parte esencial de una reclamación válida de derechos de autor".

 

Además, el acuerdo que el WGA firmó con la AMPTP estipula que un escritor puede optar por usar IA para escribir si la empresa lo consiente, pero la empresa no puede exigirle al escritor que utilice IA para hacer su trabajo. Los escritores también deben ser informados si el material original que reciben para desarrollar guiones ha sido generado o incorpora material generado por IA.

 

Finalmente, el WGA puede hacer valer sus derechos cuando lo considere oportuno, ya que la explotación del material de los escritores para entrenar IA está prohibida por ley. El sindicato de actores a la fecha no ha firmado ningún acuerdo, pero se espera que consiga uno favorable en breve.

 

Lo que hay por detrás

El mundo está cambiando rápidamente y la disrupción que supondrá la proliferación de las tecnologías de IA no se puede prever realmente, pero el conflicto actual permite vislumbrar lo que está ocurriendo y hacia dónde podríamos dirigirnos. Gracias a la Inteligencia Artificial, ahora es posible pensar en replicar mediante IA el conjunto de habilidades de un ser humano para venderlas como una mercancía más. La cuestión es bajo qué condiciones se producirá esa revolución tecnológica y empresarial. Los sistemas jurídicos de todo el mundo tendrán que ayudar a responder a esta pregunta.

 

En Estados Unidos, la jueza Howell señaló como parte de su fallo que "nos estamos acercando a nuevas fronteras en materia de derechos de autor a medida que los artistas consideran a la IA como parte de su caja de herramientas para la generación de nuevas obras artísticas". Esto, prosiguió, "suscitará preguntas desafiantes sobre cuánto aporte humano es necesario para calificar al usuario de un sistema de IA como "autor" de una obra generada, cuál es el alcance de la protección obtenida sobre la imagen resultante, cómo evaluar la originalidad de las obras generadas por IA cuando los sistemas pueden haber sido entrenados en obras preexistentes desconocidas, cuál es la mejor manera de utilizar los derechos de autor para incentivar las obras creativas que impliquen IA, y mucho más".

 

Sin embargo, en esta era de transformaciones impulsadas por la IA, las preguntas y las implicaciones son más profundas que cualquier conflicto laboral. La humanidad se enfrenta, por primera vez, a la posibilidad de ser analizada, replicada y remezclada. Si la recopilación de datos es crucial en la era de las redes sociales y la publicidad dirigida, lo será aún más en el mundo de la IA, donde mucho de lo que los humanos son y hacen se utilizará para producir contenidos símil-humanos. Para algunos esto suena como el paraíso. Después de todo, sería la posibilidad de producir contenido sin el costo que representa pagarle a seres humanos para que lo hagan. Pero no todo lo que reluce es oro. Después de todo, los algoritmos no pueden crear nada nuevo. ¿Cuántas películas de superhéroes más tienen que fracasar para que los estudios se den cuenta de que la gente no va a seguir consumiendo versiones diferentes de la misma vieja historia una y otra vez? ¿Cuántos programas de streaming mediocres hacen falta para que se den cuenta de que los humanos
no quieren lo que saben que quieren, sino lo que no sabían que querían?

 

La IA puede impulsar la creatividad humana y ayudar a creadores y estudios a hacer cosas nuevas y sorprendentes. Lo mismo puede decirse de casi todos los sectores. La IA puede utilizarse para potenciar y mejorar el trabajo humano en vez de sustituirlo. Las nuevas tecnologías deberían existir para mejorar las vidas de todos, no sólo para llenarle el bolsillo a unos pocos. Y eso es exactamente de lo que tratan las huelgas de Hollywood. No se trata de si la IA se utilizará o no en una industria determinada. Ya lo está haciendo. Se trata de quién cosechará los beneficios: ¿todos o unos pocos?