Acciones argentinas a la baja: ¿Momento de comprar? | Dolarhoy.com
MERVAL|26 de mayo de 2021

Acciones argentinas a la baja: ¿Momento de comprar?

En lo que va de 2021, los activos argentinos que cotizan en el exterior se encuentran retornando valores promedio negativos. ¿Llegó el momento de comprar?

Por Gonzalo Andrés Castillo

Desde el máximo histórico de alrededor de 1800 puntos alcanzado en febrero de 2018, el índice Merval que nuclea las principales compañías que cotizan en el mercado local se desplomó un 87% hasta tocar los 236 puntos en marzo de 2020. En aquel punto, muchos inversores y operadores comenzaron a afirmar que se trató de un piso que sería sucedido por una importante suba. ¿Será realmente posible?

 

Acciones a la baja

Si bien el Merval es una buena referencia para analizar el mercado accionario local, lo cierto es que también es importante estudiar cada activo por separado para tener una visión más amplia.

 

En primer lugar, el ADR de Grupo Financiero Galicia (GGAL), es decir, el paquete de acciones que cotizan en dólares en el extranjero, pasó de los USD 73,45 a los USD 5,66 en poco más de dos años, lo que representa una caída del 92,29%. En lo que va del año, a diferencia de otras épocas, el activo parece estar atravesando una etapa de lateralización con una leve tendencia bajista que acumula una baja del 2,17%, una cifra nada preocupante teniendo en cuenta la alta volatilidad que ha acarreado a lo largo de su historia.

 

Por otro lado, Pampa Energía (PAM) pasó de los USD 72,98 a los USD 8,72, lo que se traduce en una desvalorización del 88,05%. En este caso, se trata de una de las compañías locales con mayor crecimiento en los últimos meses, acumulando una suba del 26,01% interanualmente y del 10,02% en lo que lleva el 2021.

 

En cuanto a YPF (YPF), la petrolera local parece un caso casi perdido ya que se encuentra en caída desde septiembre de 2005, momento en el que marcó un máximo y comenzó a desplomarse hasta alcanzar un 96,78% de baja que pareció finalizar en marzo de 2020.

 

A su vez, las demás acciones que componen el índice gozan de un comportamiento similar, solo que, al tener una menor ponderación, no influyen demasiado en la evolución del Merval.

 

Disminución de volumen

Sea cual sea el activo argentino estudiado, desde el mínimo de marzo de 2020, o incluso un poco antes, la disminución del volumen es evidente. Esto significa que cada vez menos inversores y operadores están interesados en intercambiar las acciones para obtener un beneficio.

 

En otras palabras, tras la fuerte caída que rondó cerca del 90% del valor de las compañías, el público ni siquiera ha tenido interés de operarlas, por lo que no ha existido una predominancia de la oferta sobre la demanda o viceversa.

 

Siguiendo los postulados del análisis técnico, que no es más que el estudio del comportamiento del mercado en base al lenguaje de los precios, si la tendencia principal es bajista, pero el volumen es decreciente, significa que se aproxima un cambio de tendencia. El Merval podría encontrarse en un escenario similar.

 

A su vez, si el mercado termina una baja y comienza una leve lateralización con una caída en el volumen, se podría interpretar que está atravesando una fase de acumulación, tal como informó Charles Dow, "padre" del análisis técnico, y cofundador del índice Dow Jones y de The Wall Street Journal. En este periodo, los grandes inversores comienzan a comprar de a poco para, más adelante, obtener grandes beneficios con la suba.

 

El costo de oportunidad

A pesar de que esto pueda parecer una buena noticia a simple vista, es importante analizar el costo de oportunidad de comprar activos argentinos. Cómo ha demostrado la historia, el mercado local es un mercado para entrar y salir, no para "mantener". Por otro lado, las compañías más grandes del mundo sí han funcionado en el largo plazo, retornando, en promedio, rendimientos por encima del 11% anual en dólares con el paso del tiempo.

 

Debido a la volatilidad de las acciones argentinas y la incertidumbre que las rodea, lo más sensato sería conocer nuestro perfil de inversor y así gestionar correctamente la diversificación entre ambas clases de activos de renta variable, no atarse enteramente a especies del Merval.