La recaudación tributaria cayó a niveles mínimos en una década
El alza del costo de vida fomentado por la crisis inflacionaria empujó a los contribuyentes a posponer el pago de impuestos para solventar otros gastos. ¿Hasta cuándo durará esta situación?.
Por Eric Nesich
El gobierno de Javier Milei logró dos meses seguidos de superávit gemelos (comercial y financiero) mediante un significativo recorte del gasto, en medio de una reducción de salarios y jubilaciones debido a la alta inflación y la falta de actualización de los ingresos. Sin embargo, este logro se vio opacado por una caída aún mayor en la actividad económica.
La inflación ha sido una de las causas principales en esta baja, la cual impactó en el consumo y la actividad económica. El Gobierno intensificó el recorte de subsidios económicos, especialmente ajustando las tarifas de gas y electricidad, para compensar la pérdida de ingresos, no obstante el dinero que podría ir hacia lo fiscal se termina yendo para pagar servicios más caros, postergando el pago de impuestos.
A pesar de estos recortes, Argentina cumplió con las metas fiscales acordadas con el Fondo Monetario Internacional para el primer trimestre del año, aunque el FMI recomendó al Gobierno preservar las jubilaciones y aumentar la asistencia social. Luis Caputo logró superávit gemelos por segundo mes consecutivo, pero a costa de entrar en un nuevo período recesivo con una disminución del consumo, la construcción y la recaudación tributaria.
Este escenario plantea una disyuntiva para el Gobierno: ¿debería recortar aún más el gasto ante una mayor recesión que conduciría a una menor recaudación? Quizás el ajuste que venga tenga que ser mayor para poder recuperar terreno en el aspecto fiscal.
Los próximos meses serán cruciales para saber donde esta parado el gobierno en materia fiscal, teniendo en cuenta el alza de tarifas de servicios públicos, transporte y los aumentos en las jubilaciones.
